Garage Inc. es un disco de versiones del grupo norteamericano Metallica, realizado en homenaje a las bandas que marcaron sus raíces y publicado en 1998. Está íntegramente conformado por covers incluyendo todos aquellos que Metallica había grabado hasta esa fecha.
Tras la brutal actuación de Lady Gaga junto a Metallica en el escenario de los pasados Grammy, se había generado mucha expectación con respecto a una posible colaboración de la Germanotta en un álbum conjunto. La posibilidad se desvanece con las declaraciones de James Hetfield.
Despues de brillar con su show en la Super Bowl el pasado domingo, LadyGaga ha vuelto al plano mas hot de la actualidad. La Germanotta acaba de confirmar su siguiente nueva actuación estelar en la noche de los Grammy el próximo 12 de febrero. Lo curioso es que lo hará junto a Metallica. ¿Sorprendidos?
#1Son buenos hasta haciendo versiones, ¿verdad? Completísimo doble álbum con nombre atrayente en el que podremos disfrutar de versiones, incluso mejoradas, de clásicos del sonido "garage" como The Misfits y su "Die, die, my darling", que suena impresionante.
Hay otras originales no tan de garaje como "Whiskey in the jar" pero que ellos mismos la convierten con habilidad, haciendo hasta olvidarnos su origen místico.
Aunque en principio este trabajo no convencía mucho a la crítica puesto que salió después del Reload y, habiendo sido este último también a la larga en un trabajo excepcional, en su tiempo fue tildado como el peor disco hasta la fecha de la banda, todos tuvieron que inclinarse ante la originalidad de este Garage Inc.
Para tener en cuenta también, el penúltimo corte del segundo disco, "The wait", con un sonido totalmente Metal Hammer.
#3Tras un extenso y necesario parate discográfico post Black Album (plazo en el cual, y de las mano de una descomunal y consagratoria gira mundial, Metallica se convertiría en la banda Nro 1 de la escena heavy mundial, pese a quien le pese), Lars Ulrich se declaraba hiperactivo y decía que Metallica estaba con ganas de publicar un disco al año, intención que se vería confirmada con las ediciones de Load (1996), Reload (1997), Garage Inc. (1998) y S&M (1999), es decir, dos discos de estudio y un nuevo álbum de versiones que confirmaban y acentuaban el camino heavy-hard iniciado en el Black Album, finalizando este productivo (en cantidad) período de la mano de un trunco experimento en vivo con orquesta sinfónica incluida.
El nuevo repertorio es muy variado en cuanto nombres propios y a los diferentes estilos abordados en sus versiones originales (heavy metal, rock alternativo, punk, hard rock, southern rock, etc.), por lo que Garage Inc.(o el Disco 1, como prefiráis) no es precisamente uno de esos discos temáticos que rinden homenaje a un género o época en particular, como tal vez si lo fueron en algún punto los viejos Garage Days (Revisited y Re-Revisited), que se centraban más que nada en la NWOBHM y Punk de principios de los 80 (con permiso del rock setentero de Budgie). En este sentido Garage Inc. tiene un compendio de influencias mucho más amplio, más acorde a los nuevos Metallica totalmente despreocupados del tedioso “que dirán”, caso contrario jamás se habrían animado a ofrecer los dos discos juntos, donde la abismal diferencia de actitud e intensidad entre los nuevos y viejos Metallica quedaba más al descubierto que nunca (y si no comparad el capítulo Misfits: Die Die My Darling vs Last Cares/Green Hell, y luego me contáis…)
Esperanzador, así se siente el comienzo de Garage Inc., siendo talvez Free Speech For The Dumb (Discharge) el único tema que hace honor al título del disco, con un sonido muy directo y garagero, apoyado éste en unas guitarras veloces y crujientes junto a un Hetfield crudo y visceral en su acotada labor vocal, y esto es justamente lo que más destaca del tema, que mantiene vivo (dentro de lo posible para estos Metallica más domesticados y alternativos de los noventa) el espíritu hardcore-punk de la pieza original. Lo dicho, un filoso y portentoso comienzo.
De la influyente NWOBHM nos encontramos únicamente con Diamond Head (esta vez de la mano de It's Electric), y el por que Diamond Head y no otro es muy simple de responder: de todas las bandas versionadas por Metallica es justamente ésta (junto a Motorhead) la que más los ha influenciado desde sus inicios en su concepción musical, dicho esto en palabras de la propia banda. Y aprovecho ya mismo esta oportunidad para recomendar encarecidamente, y a quien corresponda, ese tratado cuasi bíblico de la NWOBHM llamado Lightning to the Nations (1980), el debut discográfico de Diamond Head, uno de los mejores discos jamás paridos por este gran movimiento británico.
Sabbra Cadabra es uno de los pocos momentos destinados a rendir tributo a bandas consagradas (y sobre todo vigentes) de la escena metalera presente y pasada, y es que Metallica pocas veces se mete con sus “pares”, prefiriendo siempre bandas de las comúnmente denominadas de culto. Sin entrar en el terreno de las tediosas comparaciones que implican adjetivos tales como mejor o peor, lo único que voy a decir es que a mi me esta versión también me gusta mucho, suprimiendo ese palpable dejo retro y psicodélico que tan bien le sienta a la original por un mayor groove en su ahora pegadizo main riff, y un pasaje intermedio que para evitar los teclados de rigor mete mano en la melódica melodía de una de sus compañeras, A National Acrobat, del mismo Sabbath Bloody Sabbath, dando forma a un interesante bricolage sabbáthico que como recién comentaba a mi siempre me ha gustado bastante. Y si algo se destaca en Metallica a la hora de interpretar covers (incluidos también los del disco 2) es que nunca son réplicas de las canciones originales, todas tienen una vuelta de tuerca en cuanto a sonido y/o arreglos donde queda plasmado el sello propio de los cuatro jinetes de San Franciso.
Para 1998, un disco de Metallica sin baladas no era un disco de Metallica, y aquí por lo tanto os vais a poder encontrar con dos, y muy distintas entre si. La primera corresponde al canta-autor americano Bob Siger (materia pendiente, debo admitir) y su autobiográfica Turn The Page, una sentida balada donde relata las difíciles vivencias y sentimientos de la vida en carretera como músico, un lado oscuro y usualmente ignorado por los fans. Bajo este nuevo espectro metallico Turned the Page se torna más power, pero sin perder en ningún momento su inexorable feeling melanco, combinando un riff denso y distorsionado con unas sutiles slides que vienen a reemplazar a los viejos arreglos de saxofón que aportaban un interesante dejo soul a la pieza original. Turned the Page fue promocionada con un crudo y realista videoclip, que relata una historia distinta a la de la canción, pero conectada hasta cierto punto, donde se enfrentan cuestiones tales como necesidad vs. vocación, destino vs. elección, y otras cuestiones que quedan al libre albedrío del oyente. Os dejé el videoclip con subtítulos en español, vale la pena.
Que James Hetfield siempre simpatizó con los sonidos country-sureños no es ninguna revelación divina (sobre todo después de la explicita Mama Said), pero lo que si desconocía por completo era que el debut de Lynyrd Skynyrd fue el primer disco que el pequeño Hetfield adquirió en su juventud, por lo que ahora se entiende a la perfección el por que de la inclusión de la emotiva Tuesday´s Gone, que lamentablemente aquí respeta bastante el sonido sureño de la original, y que por lo tanto adolece de ese plus o valor agregado que suele darle Metallica a las versiones originales, o será que yo soy muy fan de Lynyrd Skynyrd, y no noto en este track ni un 50% de ese feeling nostálgico y tristón que desprendía Ronnie Van Zant y compañía, vital para que este tipo de baladas no se tornes tediosas. Como sea, uno de los pocos casos (contados con los dedos de una mano de Alf diría) en donde me quedo con la canción original.
Así como Free Speech for the Dumb se destaca por mantener vivo el espirito punk anárquico de Discharged (pero sin dejar de sonar a Metallica en ningún momento), en Die Die My Darling se me hace que no dieron con la talla, suena demasiado a Metallica, demasiado limpio para mi gusto y para lo que considero que demanda la canción, y ese sello propio o valor agregado que vengo destacando como una virtud tal vez aquí, y solo aquí, les haya jugado una mala pasada. Ahora bien, a quien no le vaya mucho el punk y este tipo de sonidos más arrebatos estimo que debe de haber quedado algo más conforme que yo con esta canción. Cuestión de gustos supongo, la misma vieja historia de siempre.
Y ya que venimos embalados con los escasos tropezones que tiene el disco, continúo con mis admirados Blue Oyster Cult, que son invocados mediante su clásico Astronomy, que en su versión original se presenta misteriosa, épica y progresiva, y en su relanzamiento metallico transcurre como un medio tiempo de ritmo in crecendo y pegadizo, y que si bien también tiene su punto, me pasa algo similar que con Tuesday´s Gone, así que mientras le pido prestado otro dedito más Alf (y ya van dos) celebro a su vez la inclusión de ambas en este lanzamiento, ya que seguramente contribuyeron a acercar nuevos oyentes a sus propias arcas, un gran consuelo para este tipo de bandas a las que a veces siento demasiado infravaloradas en la actualidad, sobre todo BOC.
Curiosidad y confusión despierta la elección más bizarra de este racconto de influencias musicales (aunque de haberles influido, ésta tuvo que hacerlo bastante más creciditos ya, pues data tan solo del año ‘94), la rola en cuestión no es otra que Loverman, ese medio tiempo oscuro y goticón (sobre todo en su versión original) propiedad de Nick Cave and the Bad Seeds, una elección personal de Hetfield que al parecer quedó fascinado por la capacidad de Nick Cave para abordar temáticas en torno al amor desde una perspectiva poco optimista, sino más bien violenta y degradante, mucho mas cercana a la visión y propio sentir de James. Musicalmente interesante, pero hasta ahí nomás, solo como rareza.
Dejamos los experimentos de lado y retomamos la buena senda del metal, y para ello nada menos que un merecido homenaje (en forma de Medley) a una de las bandas más infravaloradas en la historia del heavy metal europeo, Mercyful Fate, con más de 11 minutos que recuperan algunos de los mejores extractos sonoros de los inicios de esta gran leyenda danesa, pero para ser sinceros, si queréis sentir es su real magnitud el oscuro y siniestro influjo de esta mítica banda, pillad ya mismo sus master pieces Melissa y Don´t Break the Oath, porque King Diamond hay uno solo, por más que este embajador de Satán se encuentre empeñado desde sus inicios en hacernos creer lo contrario…
Y antes del grand finale que nos depara la obra, un poco de hard rock hecho de manera simple y vacilón, Whsikey in the Jar de los siempre recomendables Thin Lizzy de Phil Lynott (una canción que a su vez es una versión de una balada folk irlandesa), otro de los temas que tuvo sus cincos minutos de fama gracias a su videoclip cuasi mandatario, y es que si hubo una canción que parecía pedir a gritos ser single para rotar día y noche en la Mtv, esa fue ésta. Dicho y hecho.
Esperanzador, así se siente el cierre de Garage Inc, y curiosamente (o no) este deja vu tiene cabida nuevamente con Discharge, esta vez gracias a The More I See, que luego de pasar por la orfebrería metallica gana varios enteros, con mucho mas gancho y algún que otro vestigio thrasher en su taladrante main riff, ese que entre golpe y golpe (nunca mejor dicho) deja espacios para que el bajo de Jason tome vuelo propio. Y paradojas del destino, esta sería la última incursión de Jason en un estudio de grabación como miembro de Metallica, un dato curioso si consideramos que tanto su debut como su despedida (repito, sin contar el directo S&M) tuvieron lugar con sendos discos de versiones, ¿no os parece?
Del disco dos no hay mucho nuevo que decir, lo más importante es lo que ya todos sabemos, que estas canciones forman parte, junto a sus cinco primeros discos de estudio, de su época sacra e inmaculada, motivo por el cual muchas de ellas aún hoy perduran en sus set lists (y no así las nuevas), como ser el caso de ese cross a la mandíbula llamado So What (Anti-Nowhere League), utilizada en ocasiones hasta para abrir sus conciertos; o la también hiriente Last Caress/Green Hell (Misfits), que sumadas a la nueva y gratificante experiencia de Discharge confirman que a los Horsemen el punk les sienta tan bien o mejor aún que la afamada NWOBHM (al menos a la hora de versionar); la thrasherizada Stone Cold Crazy de la reina británica por excelencia; Am I Evil? de Diamond Head (impresionante e imprescindible en cada uno de sus 7 minutos 50 segundos de duración), Breadfan de Budgie (junto a Queen, los únicos guiños al rock setentas de este disco) y sigue la lista… La única novedad como tal son las 4 versiones de Motorhead que la banda interpretara en el cumpleaños número 50 de Lemmy, y que si bien sirven para pasar el rato y tal, son solo un mero bonus o complemento de aquellas míticas grabaciones. En resumen, un valioso regalo para los viejos fans de la banda, que a partir de este lanzamiento podrían disfrutar de todas y cada una de estas entrañables versiones compiladas en un solo disco.
Retomando el disco 1, solo agregar (y ahora si ya a modo de conclusión) que os vais a encontrar ante una 'digna' continuación del camino iniciado en los primogénitos Garage Days, teniendo siempre presente que las formas e intenciones yo no eran las mismas de antaño (y si no que lo digan los fans mas intransigentes, cuyos ‘metal hearts’ seguían sumando disgustos ante esta nueva incursión heavy-hard que ignoraba una vez mas su añorado pasado thrasher), pero el leit motiv seguía siendo el mismo de siempre: recordar y homenajear a aquellos artistas que los influenciaron a lo largo de su carrera, y hacer a su vez de estas versiones una puerta de entrada para ir tras las originales y descubrir por cuenta propia el legado de estos artistas (lejos, el valor agregado que más rescato de este tipo de trabajos), y si a la cuestión musical le sumamos el suculento booklet que viene de acompañamiento, lo que tenemos entre manos es un invaluable documento para todo fan de Metallica (sin importar ya que etapa disfrutáis o dejáis de disfrutar) mediante el cual podrán enterarse como y cuando arribaron dichas canciones a la vida de los distintos integrantes de Metallica, alguna que otra anécdota sobre la banda (de las conocidas y de las no tanto también), alguna que otra info biográfica sobre los artistas elegidos, el motivo de dicha elección, y otro dato no menor, el por que Metallica (una banda totalmente consagrada a partir de sus propias canciones) considera vital para su supervivencia el versionar a otros artistas.
"El versionar canciones te ayuda a sentirte mejor, te abre la cabeza sobre nuevos enfoques y sonidos, te convierte en un mejor músico" (James Hetfield)
"Las canciones escritas por nosotros conllevan un proceso de disección y análisis que dura meses (y si no mirar el docu Some Kind of Monster, el mejor ejemplo de este traumático proceso compositivo al que se auto somete la banda), pero cuando estamos versionando a otros artistas solo se trata de vivir el momento. Y mientras Metallica siga con vida, siempre necesitaremos hacer uso de esta vía de escape." (Lars Ulrich)