Letra de Sobre Lo On�rico - Salta La Banca
Letra de canci�n de Sobre Lo On�rico de Salta La Banca lyrics
Los laberintos que dilapidan mis sue�os
(l�bregos guardias de este tren),
tienen por vicio platicarse con mi genio,
y ajan mi on�rico cupl�.
Abro los ojos escapando del tormento.
Luzco sediento, y no sud�.
Rota de p�nico, la imagen del espejo
busca aplacarse al comprender que hay tregua hasta la noche.
Furia del mar sobre el total
de los paisajes que teje mi inconsciente.
Rayo lunar: fuego vivaz
en su acuarela de mi amor inocente.
Persecuci�n, y un callej�n.
Resoluciones mezquinas de la suerte
que me obsequi� mi yo anterior
Y parecieran quedarse para siempre con mi relajaci�n.
Los pervertidos que amenazan con recelo
al porvenir de mi ilusi�n.
https://www.coveralia.com/letras/sobre-lo-onirico-salta-la-banca.php
Esos, testigos de un lun�tico deseo.
Rabian si empleo devoci�n.
Son los que piensan en un coto praderoso
cuando reparan en mi haber.
Obvian que s�lo con la m�sica
he podido salvar mi vida de caer en una eterna herida.
Tu potestad. Tu autoridad.
Tu despectiva postura que asegura
la vanidad de alg�n disfraz
que proyect�s con an�mica finura
Va a socavar. Como el ritual
de tu entusiasmo posando en la tribuna
del resquemor de un perdedor,
que evoca al da�o porque no encuentra alguna forma de hacer el bien.
L�bregas secuencias tejen la epopeya de una muerte sin compasi�n.
Ojal� que el tiempo joda esa querella y vuelva a brotar el amor sobre lo on�rico.
(l�bregos guardias de este tren),
tienen por vicio platicarse con mi genio,
y ajan mi on�rico cupl�.
Abro los ojos escapando del tormento.
Luzco sediento, y no sud�.
Rota de p�nico, la imagen del espejo
busca aplacarse al comprender que hay tregua hasta la noche.
Furia del mar sobre el total
de los paisajes que teje mi inconsciente.
Rayo lunar: fuego vivaz
en su acuarela de mi amor inocente.
Persecuci�n, y un callej�n.
Resoluciones mezquinas de la suerte
que me obsequi� mi yo anterior
Y parecieran quedarse para siempre con mi relajaci�n.
Los pervertidos que amenazan con recelo
al porvenir de mi ilusi�n.
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Esos, testigos de un lun�tico deseo.
Rabian si empleo devoci�n.
Son los que piensan en un coto praderoso
cuando reparan en mi haber.
Obvian que s�lo con la m�sica
he podido salvar mi vida de caer en una eterna herida.
Tu potestad. Tu autoridad.
Tu despectiva postura que asegura
la vanidad de alg�n disfraz
que proyect�s con an�mica finura
Va a socavar. Como el ritual
de tu entusiasmo posando en la tribuna
del resquemor de un perdedor,
que evoca al da�o porque no encuentra alguna forma de hacer el bien.
L�bregas secuencias tejen la epopeya de una muerte sin compasi�n.
Ojal� que el tiempo joda esa querella y vuelva a brotar el amor sobre lo on�rico.
