Letra de Ni�a Calamidad - 40 Barrotes
Letra de canci�n de Ni�a Calamidad de 40 Barrotes lyrics
Como ese hurac�n al que suelen preceder ,
tantas calmas que sofocan.
Golpeaste t� dentro del bar aquel:
"Hola, �qu� tal? � Para quieta!"
Polvor�n al calor del ne�n y, a tus pies,
todas las mechas son pocas.
Qu�mica en tu arsenal, hormonas, ingenuidad,
que derriten lo que tocan.
Como ese incendio sin control que se siente tan bien
cuando encuentra hierba seca.
Va volviendo de todo, trae sitio para m�s,
s�lo estar sola le aterra.
Como ese temblor que azota de cuando en vez,
tantas costas, tan resecas.
Adicta a desconectar, ya habr� tiempo de llorar,
https://www.coveralia.com/letras/nina-calamidad-40-barrotes.php
"los martes siempre me enferman".
Coleccionista de muescas que forra en piel
con el carnet de un colega.
Sismo hecho necedad, ni�a calamidad,
de madrugadas eternas.
Como ese volc�n incapaz de retener
la energ�a que le sobra.
Transforma tu risa en Pompeya este Avil�s.
Y no eres t�, no: "quiz� las setas".
Ocho mil tentador que ha visto amanecer
cien veces vac�as sus rocas.
Cumbre sin coronar, tan dulce y puta a la par,
aspirando siempre a otra cosa.
tantas calmas que sofocan.
Golpeaste t� dentro del bar aquel:
"Hola, �qu� tal? � Para quieta!"
Polvor�n al calor del ne�n y, a tus pies,
todas las mechas son pocas.
Qu�mica en tu arsenal, hormonas, ingenuidad,
que derriten lo que tocan.
Como ese incendio sin control que se siente tan bien
cuando encuentra hierba seca.
Va volviendo de todo, trae sitio para m�s,
s�lo estar sola le aterra.
Como ese temblor que azota de cuando en vez,
tantas costas, tan resecas.
Adicta a desconectar, ya habr� tiempo de llorar,
https://www.coveralia.com/letras/nina-calamidad-40-barrotes.php
"los martes siempre me enferman".
Coleccionista de muescas que forra en piel
con el carnet de un colega.
Sismo hecho necedad, ni�a calamidad,
de madrugadas eternas.
Como ese volc�n incapaz de retener
la energ�a que le sobra.
Transforma tu risa en Pompeya este Avil�s.
Y no eres t�, no: "quiz� las setas".
Ocho mil tentador que ha visto amanecer
cien veces vac�as sus rocas.
Cumbre sin coronar, tan dulce y puta a la par,
aspirando siempre a otra cosa.