Letra de Esa Hora (Directamente en Barnasants) - Dani Flaco
Letra de canci�n de Esa Hora (Directamente en Barnasants) de Dani Flaco lyrics
Suelo acostarme a esa hora
en que luna y sol disput*n,
entre la noche y la aurora,
y a�n trabaja alguna put*.
Y el carm�n desaparece
por los besos despedidos
de quien no les pertenece
y se olvida del olvido.
Y abren las panader�as
y cierran las discotecas,
y se atasca la Gran V�a
y los sue�os se hipotecan.
Y los jefes son los jefes
que no pueden ser en casa,
la pasi�n se desvanece,
la raz�n resulta escasa.
Y se cruzan dos vecinos
que, confusos, se saludan,
uno huele a charla y vino,
otro, a s�banas que dudan.
Si plantar cara a la vida,
o volver a arrodillarse,
ser una bala perdida,
https://www.coveralia.com/letras/esa-hora--directamente-en-barnasants--dani-flaco.php
o una que va a alguna parte.
A esa hora en que en la SEAT
se marcha el turno de noche,
las feas no son tan feas
cuando suben a tu coche.
Y en el bar el camarero
enciende la cafetera
y se para un camionero
en la puerta del Riviera.
Y se cruzan dos vecinos
que, confusos, se saludan,
uno huele a charla y vino,
otro, a s�banas que dudan.
Si plantar cara a la vida,
o volver a arrodillarse,
ser una bala perdida
o una que va a alguna parte.
O una que va a alguna parte.
A esa hora en que mi olvido
no hace m�s que recordarte
en que luna y sol disput*n,
entre la noche y la aurora,
y a�n trabaja alguna put*.
Y el carm�n desaparece
por los besos despedidos
de quien no les pertenece
y se olvida del olvido.
Y abren las panader�as
y cierran las discotecas,
y se atasca la Gran V�a
y los sue�os se hipotecan.
Y los jefes son los jefes
que no pueden ser en casa,
la pasi�n se desvanece,
la raz�n resulta escasa.
Y se cruzan dos vecinos
que, confusos, se saludan,
uno huele a charla y vino,
otro, a s�banas que dudan.
Si plantar cara a la vida,
o volver a arrodillarse,
ser una bala perdida,
https://www.coveralia.com/letras/esa-hora--directamente-en-barnasants--dani-flaco.php
o una que va a alguna parte.
A esa hora en que en la SEAT
se marcha el turno de noche,
las feas no son tan feas
cuando suben a tu coche.
Y en el bar el camarero
enciende la cafetera
y se para un camionero
en la puerta del Riviera.
Y se cruzan dos vecinos
que, confusos, se saludan,
uno huele a charla y vino,
otro, a s�banas que dudan.
Si plantar cara a la vida,
o volver a arrodillarse,
ser una bala perdida
o una que va a alguna parte.
O una que va a alguna parte.
A esa hora en que mi olvido
no hace m�s que recordarte
