Letra de Caldo De Tallos - Kutxi Romero & Ja Ta Ja
Letra de canci�n de Caldo De Tallos de Kutxi Romero & Ja Ta Ja lyrics
Enju�gate la tez en el caldo de los tallos,
Cuando encharque las biznagas te dar�s conmigo,
Entonces ahogaras con las crines de un caballo
sin alforja, sin monturas, sin dudar tu ombligo.
No volver�s a ver a la hiedra desflorando
cada muro motea�o de soledad,
si los d�as pintan bastos, desabrochan las navajas
y el bot�n que se quedara sellado guardara
tanto pu�o blanquecino que no quiso ser cuneta ni elixir
que babeen los poetas al mentir.
Al dormitar de ayer tira los peines da�inos,
la ma�ana nunca supo de aguantar ronquidos.
Yo no sabr� que hacer cuando escuche resoplidos
de jinetes que tuvieron que remar.
Quien te ense�ara a dormir cuando no este aqu�,
cuando se revelen las almohadas contra ti,
https://www.coveralia.com/letras/caldo-de-tallos-kutxi-romero-y-ja-ta-ja.php
quien bailara con la desaz�n d�ndole calor,
sucios los jarrones nos recuerdan a la arena que existi� en este hogar,
que nos dejo, salen los remiendos, d�rsenas de esti�rcol,
charcos del roci� en el hast�o que ba�a la luz.
Quien echar� a perder las cebras que se pegaron al felpudo
ensordecido de tapar el ruido de su patalear,
de su b�squeda de resguardo bajo el techo que fue nuestro respirar.
Quien te ense�ara a dormir cuando no este aqu�,
cuando se revelen las almohadas contra ti,
quien bailara con la desaz�n d�ndole calor,
sucios los jarrones nos recuerdan a la arena que existi� en este hogar,
que nos dejo, salen los remiendos, d�rsenas de esti�rcol,
charcos del roci� en el hast�o que ba�a la luz.
Cuando encharque las biznagas te dar�s conmigo,
Entonces ahogaras con las crines de un caballo
sin alforja, sin monturas, sin dudar tu ombligo.
No volver�s a ver a la hiedra desflorando
cada muro motea�o de soledad,
si los d�as pintan bastos, desabrochan las navajas
y el bot�n que se quedara sellado guardara
tanto pu�o blanquecino que no quiso ser cuneta ni elixir
que babeen los poetas al mentir.
Al dormitar de ayer tira los peines da�inos,
la ma�ana nunca supo de aguantar ronquidos.
Yo no sabr� que hacer cuando escuche resoplidos
de jinetes que tuvieron que remar.
Quien te ense�ara a dormir cuando no este aqu�,
cuando se revelen las almohadas contra ti,
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quien bailara con la desaz�n d�ndole calor,
sucios los jarrones nos recuerdan a la arena que existi� en este hogar,
que nos dejo, salen los remiendos, d�rsenas de esti�rcol,
charcos del roci� en el hast�o que ba�a la luz.
Quien echar� a perder las cebras que se pegaron al felpudo
ensordecido de tapar el ruido de su patalear,
de su b�squeda de resguardo bajo el techo que fue nuestro respirar.
Quien te ense�ara a dormir cuando no este aqu�,
cuando se revelen las almohadas contra ti,
quien bailara con la desaz�n d�ndole calor,
sucios los jarrones nos recuerdan a la arena que existi� en este hogar,
que nos dejo, salen los remiendos, d�rsenas de esti�rcol,
charcos del roci� en el hast�o que ba�a la luz.