Letra de Abriendo La Memoria - Luis Quintana
Letra de canci�n de Abriendo La Memoria de Luis Quintana lyrics
Por las ventanas, la luz del d�a
se abr�a paso en las cortinas,
abiertos ya tus ojos y el reloj.
Abriendo el grifo de aquella tina
te abres los poros y en la cocina
en vez de un solo vaso encuentras dos.
Abiertas las botellas de cervezas en la mesa
sirviendo de testigos de excepci�n,
abriendo la memoria ves facturas de promesas
y no recuerdas quien te las firm�.
Abiertas ya las dudas por saber quien te ha querido,
abriendo un expediente el coraz�n.
Abiertas las fronteras que te alejan del olvido
decides recordar lo que pas�.
Haciendo regresiones te tropiezas con la risa
https://www.coveralia.com/letras/abriendo-la-memoria-luis-quintana.php
que ayer se fabricaba entre los dos.
Recuerdas que ayer noche te envolviste en una brisa
cogiendo el resfriado del amor
y estornudaste ganas de saber quien vino ayer
y de madrugada se march�,
ganas de entender por qu� se fue
sin ponerle un rostro al coraz�n.
Abriste sucursales de memoria en el sal�n,
en busca de su pie barriste el suelo,
te hiciste un perfume con los rastros de su olor
hallando alguna pista en el desierto.
Usando su silueta dibujada en el colch�n
te hiciste una idea de su cuerpo.
Dejar la puerta abierta te mantiene la ilusi�n
de verla disfrazada de regreso.
se abr�a paso en las cortinas,
abiertos ya tus ojos y el reloj.
Abriendo el grifo de aquella tina
te abres los poros y en la cocina
en vez de un solo vaso encuentras dos.
Abiertas las botellas de cervezas en la mesa
sirviendo de testigos de excepci�n,
abriendo la memoria ves facturas de promesas
y no recuerdas quien te las firm�.
Abiertas ya las dudas por saber quien te ha querido,
abriendo un expediente el coraz�n.
Abiertas las fronteras que te alejan del olvido
decides recordar lo que pas�.
Haciendo regresiones te tropiezas con la risa
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que ayer se fabricaba entre los dos.
Recuerdas que ayer noche te envolviste en una brisa
cogiendo el resfriado del amor
y estornudaste ganas de saber quien vino ayer
y de madrugada se march�,
ganas de entender por qu� se fue
sin ponerle un rostro al coraz�n.
Abriste sucursales de memoria en el sal�n,
en busca de su pie barriste el suelo,
te hiciste un perfume con los rastros de su olor
hallando alguna pista en el desierto.
Usando su silueta dibujada en el colch�n
te hiciste una idea de su cuerpo.
Dejar la puerta abierta te mantiene la ilusi�n
de verla disfrazada de regreso.