Letra de Que Son Esas Palabras - Juan Carlos Baglietto / Silvina Garre
Letra de canci�n de Que Son Esas Palabras de Juan Carlos Baglietto / Silvina Garre lyrics
Veinte a�os vivieron el uno junto al otro,
veinte a�os de cardo de cereal y de trilla,
la rueda del molino, acompasaba las horas
y el invierno dorm�a en la hiedra amarilla.
El cuidaba de todo, con prudencia callada,
lo mismo los ganados, que la cosecha fina,
ella cruzaba el patio, como rueda de espuela,
entre el pozo de agua, la mesa de harina.
En inviernos atroces, en veranos soleados,
durante veinte a�os, se hicieron compa��a,
nunca se pregunt�, si la hab�a querido,
que son esas palabras, estaba y la tenia.
El no necesitaba noci�n mas detallada,
https://www.coveralia.com/letras/que-son-esas-palabras-juan-carlos-baglietto---silvina-garre.php
que conocer su nombre, y el nombre lo sabia,
�l la llamaba Carmen en la sombra y la tarde,
cuando la luz es l�mpara de mecha tard�a.
Veinte a�os vivieron el uno junto al otro,
sin ver apenas m�dico, pe�n, colono, artista,
el tren pasaba lejos como un cuento de infancia,
y el no se preguntaba si en verdad la quer�a.
Ella muri� lustrando la vajilla de plata,
en el ancho silencio de la tarde vacia,
el aprendi� de golpe, como caen las heladas,
que el amor es amor, aunque no se lo diga.
veinte a�os de cardo de cereal y de trilla,
la rueda del molino, acompasaba las horas
y el invierno dorm�a en la hiedra amarilla.
El cuidaba de todo, con prudencia callada,
lo mismo los ganados, que la cosecha fina,
ella cruzaba el patio, como rueda de espuela,
entre el pozo de agua, la mesa de harina.
En inviernos atroces, en veranos soleados,
durante veinte a�os, se hicieron compa��a,
nunca se pregunt�, si la hab�a querido,
que son esas palabras, estaba y la tenia.
El no necesitaba noci�n mas detallada,
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que conocer su nombre, y el nombre lo sabia,
�l la llamaba Carmen en la sombra y la tarde,
cuando la luz es l�mpara de mecha tard�a.
Veinte a�os vivieron el uno junto al otro,
sin ver apenas m�dico, pe�n, colono, artista,
el tren pasaba lejos como un cuento de infancia,
y el no se preguntaba si en verdad la quer�a.
Ella muri� lustrando la vajilla de plata,
en el ancho silencio de la tarde vacia,
el aprendi� de golpe, como caen las heladas,
que el amor es amor, aunque no se lo diga.