Letra de Humo - Jose Ignacio Lapido
Letra de canci�n de Humo de Jose Ignacio Lapido lyrics
Ah� est�n mis dudas barajadas en la mesa,
hay dos sillas puestas pero s�lo hay un jugador.
Tambi�n est� el amor que a�lla en las noches de tormenta,
y el ahorcado, la princesa y el buf�n.
Ah� est�n mis penas, est�n colgadas en la percha,
junto a los problemas que encontr� ayer en un caj�n.
Tambi�n est� el hombre que espera las equis de una ecuaci�n
y estampas con siete pu�ales en un coraz�n.
Vendedores de nostalgia llaman a la puerta,
ellos traen la fragancia que nos hizo enloquecer,
saben cu�l es la distancia entre el siempre, el nunca y el ayer,
lo que pudo haber sido pero que no fue,
https://www.coveralia.com/letras/humo-jose-ignacio-lapido.php
como el humo de una m�quina de tren.
Mira, la verdad se est� haciendo a fuego lento,
s� que la gente le echa az�car hasta que les sabe bien.
A ti y a m� nos gusta cruda, aunque dura de roer,
se escapa un sentimiento por debajo del mantel,
como el humo de una m�quina de tren.
Te vi sentada en el trono gris del claroscuro,
limpiabas con cerveza manchas del vestido de sat�n.
Escapamos los dos juntos dando pasos de claqu�,
perdidos en un mundo imposible de entender,
como el humo de una m�quina de tren.
hay dos sillas puestas pero s�lo hay un jugador.
Tambi�n est� el amor que a�lla en las noches de tormenta,
y el ahorcado, la princesa y el buf�n.
Ah� est�n mis penas, est�n colgadas en la percha,
junto a los problemas que encontr� ayer en un caj�n.
Tambi�n est� el hombre que espera las equis de una ecuaci�n
y estampas con siete pu�ales en un coraz�n.
Vendedores de nostalgia llaman a la puerta,
ellos traen la fragancia que nos hizo enloquecer,
saben cu�l es la distancia entre el siempre, el nunca y el ayer,
lo que pudo haber sido pero que no fue,
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como el humo de una m�quina de tren.
Mira, la verdad se est� haciendo a fuego lento,
s� que la gente le echa az�car hasta que les sabe bien.
A ti y a m� nos gusta cruda, aunque dura de roer,
se escapa un sentimiento por debajo del mantel,
como el humo de una m�quina de tren.
Te vi sentada en el trono gris del claroscuro,
limpiabas con cerveza manchas del vestido de sat�n.
Escapamos los dos juntos dando pasos de claqu�,
perdidos en un mundo imposible de entender,
como el humo de una m�quina de tren.