Letra de Cedaceros 4 - Javier Bergia
Letra de canci�n de Cedaceros 4 de Javier Bergia lyrics
Ni�a que del pasado infinito
despiertas la esperanza
que cur� una vieja herida de amor,
de aquellas primaveras
en el parque del Retiro
c�mplice del tiempo.
Cedaceros cuatro,
m�rmol negro sobre el comod�n,
impasible el adem�n,
la memoria heredada.
La puerta se cerr�
y hasta siempre Madrid,
raz�n porter�a.
Una copa de co�ac
y el perfume de un amor,
por la calle de Alcal�
tu risa f�cil,
firmemente burlesca,
tras el cristal empa�ado
del caf� de Ly�n.
Qu� nostalgia recordar
que proeza fue tallar
tu nombre
en el fr�gil ascensor
de subir y no bajar
al cielo.
Y el poeta del tercero
que no pudo mitigar
la melancol�a,
y un oto�o sin perfil,
https://www.coveralia.com/letras/cedaceros-4-javier-bergia.php
una bala atraves�
el silencio
del oscuro sal�n
de caoba y cafet�n
del C�rculo.
Y ahora cuando
contra un �rbol
la luna se desentiende
de las sombras
y a la noche
le asalta la madrugada,
me despierta imponente,
el deseo nublado
de aqu�l beso imposible.
En mitad de las olas
sue�o envejecer de mentira
y atrapado en un suspiro
veo los d�as pasar.
Y pregunto a la gente
si te han visto volver
preguntando por mi.
Ni�a que del pasado infinito
despiertas la esperanza
que cur� una vieja herida
de amor,
de aqu�llas primaveras
en el parque del Retiro
c�mplice del tiempo.
despiertas la esperanza
que cur� una vieja herida de amor,
de aquellas primaveras
en el parque del Retiro
c�mplice del tiempo.
Cedaceros cuatro,
m�rmol negro sobre el comod�n,
impasible el adem�n,
la memoria heredada.
La puerta se cerr�
y hasta siempre Madrid,
raz�n porter�a.
Una copa de co�ac
y el perfume de un amor,
por la calle de Alcal�
tu risa f�cil,
firmemente burlesca,
tras el cristal empa�ado
del caf� de Ly�n.
Qu� nostalgia recordar
que proeza fue tallar
tu nombre
en el fr�gil ascensor
de subir y no bajar
al cielo.
Y el poeta del tercero
que no pudo mitigar
la melancol�a,
y un oto�o sin perfil,
https://www.coveralia.com/letras/cedaceros-4-javier-bergia.php
una bala atraves�
el silencio
del oscuro sal�n
de caoba y cafet�n
del C�rculo.
Y ahora cuando
contra un �rbol
la luna se desentiende
de las sombras
y a la noche
le asalta la madrugada,
me despierta imponente,
el deseo nublado
de aqu�l beso imposible.
En mitad de las olas
sue�o envejecer de mentira
y atrapado en un suspiro
veo los d�as pasar.
Y pregunto a la gente
si te han visto volver
preguntando por mi.
Ni�a que del pasado infinito
despiertas la esperanza
que cur� una vieja herida
de amor,
de aqu�llas primaveras
en el parque del Retiro
c�mplice del tiempo.